Artículo de psicología | PSICOLOGÍA ARIAS

ACTITUD EN EL TRABAJO

1) Antes de la jornada laboral:

- Mientras te estás preparando para ir al trabajo, repite mentalmente frases positivas respecto a él: "Me permite tener dinero", "hoy voy a ser muy eficiente en mi trabajo", "voy a disfrutar de él", "puedo con todo", "va a salir bien la reunión"". Prográmate para tener una actitud positiva.

Si no te pagan porque hay atrasos en los pagos, piensa: "si trabajo bien la empresa irá mejor y me abonarán todos esos atrasos". Si te pagan poco ten en cuenta: "si todo va bien, me pagarán más, podré solicitar un aumento o irme a buscar otro trabajo con el aval de ser un trabajador responsable y eficiente".

Todos nos beneficiamos de un trabajo bien hecho: empresa y yo. Si te vienen pensamientos negativos del tipo "este trabajo es una porquería", "para lo que me pagan...", "si trabajo bien sólo se beneficia el jefe", etc. la situación no va a cambiar, ya que tú no estás contribuyendo a que lo haga. Pon de tu parte, no por los demás, sino por ti mismo ya que te sentirás mejor.

- Las crisis son experiencias negativas, pero si puedes salir fortalecido de una de ellas habrá merecido la pena. Recuerda que todo busca el equilibrio y lo que sube, baja, buscando ese centro ideal. No te lamentes pensando que antes iban mejor las cosas y nunca volverá ese tiempo, mejor sustitúyelo por la idea de que estás haciéndolo tan bien, que te espera algo todavía mejor. Y por cierto, las noticias en ocasiones nos elevan esa sensación de "mal rollo global" (cuidado con eso); tenlo presente y actúa en consecuencia.

-Mientras te diriges hacia el trabajo piensa que todo va a salir bien, que tú puedes solucionar cualquier tipo de problema que se te plantee, agradece el tener un trabajo, recuerda las cosas positivas que éste tiene. Y sólo eso. Si ocupas tu pensamiento en esas cosas no lo harás en las creencias limitantes como: "qué rollo, todavía es martes...", "y ahora tengo que verle el careto a ese", "a ver qué problema me sucede hoy", "seguro que hoy va a salir algo mal", "odio mi trabajo", "ojalá me tocara la lotería y lo mandara a paseo", "no puedo con esto...", "vaya día más feo...", "otra vez lloviendo", "vaya vida...", "y Pedro mira qué suerte tiene", etc. ¿Qué conseguimos con esos pensamientos? Sólo sentirnos mal y no dar lo mejor de nosotros mismos a los que queremos.

2) Durante la jornada laboral:

- Sé puntual. Si es importante serlo con nuestros amigos y familiares, todavía lo es más en nuestro trabajo. La puntualidad es un signo de respeto hacia el tiempo de los demás.

- Entra saludando y con una sonrisa. Aunque seas "el jefe" todos trabajan mejor cuando ven a alguien con una buena expresión y actitud positiva. Si no te lo crees, haz la prueba mañana.
Existe gente amargada en todos los ambientes, no seamos uno de ellos, ya que aumentamos la probabilidad de que algo nos salga mal. Y con la gente negativa repítase: "¡no voy a permitir que esta persona arruine mi día!".

- Planifícate: haz una lista de tareas al llegar a tu trabajo si no lo has hecho antes, el ir tachando lo que has realizado te proporciona motivación, sensación de estar haciéndolo bien y concentración. Ten en cuenta que en algunos trabajos y en algunas ocasiones surgen tareas imprevistas y urgentes: anótalas también.
Aprende a ser consciente de cuánto tiempo te lleva cada tarea. Si eres demasiado optimista y te quedas corto en la valoración del tiempo previsto, después te puedes sentir frustrado si no te ha dado tiempo a terminarla. Si eres demasiado precavido al estimar el tiempo y te sobra, puede llevarte a vaguear, es decir, a dejar de ser productivo.

- Cuidado con el teléfono móvil, redes sociales y distracciones que impiden que tu trabajo vaya por buen camino.

- Presta el 100% de atención a lo que haces. La capacidad de atención y concentración mejoran a medida que las entrenas. Es una buena idea escribir en tu lista de tareas diarias: "¡100% atención1", con el fin de recordártelo cada vez que tu mente se evada de lo que estás haciendo.

- ¡Siente pasión por lo que haces! Para ello, si tienes que limpiar una mesa piensa mientras lo haces que será la mesa más limpia del mundo, si estás haciendo un informe, que te va a salir perfecto, si tienes una reunión que vas a arrasar en ella.

- Busca la excelencia: sé eficiente, aprendiendo continuamente, y creativo, es decir, intenta formas diferentes de ver las cosas, nuevas tareas que hacer, formas diferentes de hacerlas...

- Persigue la actividad tanto en tu comportamiento como en tu mente con cuestiones que incrementen tu eficiencia. No descanso ni vaguería: no permitas que nada ni nadie te distraiga o recupera tu concentración enseguida.

- Conviértete en un buen compañero. No vas al trabajo a hacer amigos, pero es más agradable el ambiente laboral cuando nos tratamos con respeto, empatía y voluntad de ayuda a los compañeros en sus tareas. Nuestros resultados mejoran y también nuestro estado de ánimo.

- Reconocerse a sí mismo: eso significa ser consciente de nuestras fortalezas y puntos débiles. Es positivo reconocer las limitaciones para poder superarlas.

- Enfréntate a los problemas: no huyas de los problemas, sino enfréntate a ellos cuanto antes. No busques que siempre te los solucionen otros. Si has cometido un error, analiza el porqué ha sucedido y qué tienes que hacer en el futuro para que no pueda repetirse (realiza un análisis de fallos).

- Protestar es, en muchas ocasiones, una pérdida de tiempo; pregúntate si va a servir de algo hacerlo.

- Admite tus errores, es de sabios.

3) Después de la jornada laboral:

- En la medida de la posible, olvídate del trabajo. Disfruta de tu familia, amigos, aficiones o, simplemente dedica tu tiempo a lo que te apetezca. Si has cumplido todos los pasos 1 y 2 te mereces eso.

- Vigila tu estrés. Existen muchas formas de prevenirlo o combatirlo.