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Terapia psicológica | Grupos

Al igual que la terapia individual la terapia de grupo ayuda a las personas a resolver sus problemas diarios. El grupo permite crear un contexto que facilita la comunicación abierta. Una terapia grupal es tan eficaz tanto para problemas psicológicos concretos compartidos por todas las personas que constituyen el grupo, como para todo individuo que quiera aprender estrategias adecuadas para desarrollar su máximo potencial.

Es especialmente útil cuando la persona tiene como principal problema la falta de habilidades de comunicación con los demás, puesto que se beneficia de la práctica en las sesiones. Además, cada miembro del grupo encuentra evidencia que sus temores y desconfianzas no son tan diferentes de los que tienen los demás, con lo que no sólo aprende de su propio crecimiento, sino de los aprendizajes de cada uno de sus compañeros. Se comparten temores, dificultades, motivaciones, explicaciones, conclusiones, etc.


La terapia de familia aborda los problemas que la gente presenta en el contexto de sus relaciones más cercanas, considerando al núcleo familiar como un sistema unitario.

Cuando uno de los miembros presenta un problema, no sólo le afecta a él; además la superación de cualquier problema necesita un contexto adecuado para poder ser superado más fácilmente.

En ocasiones, unas comunicaciones inexistentes, conflictivas o restrictivas, dificultan la consecución del bienestar en todas las personas que constituyen la familia. La terapia familiar, facilita cambios conductuales a través de la mejora de habilidades relacionales.
Es un tratamiento terapéutico de naturaleza psicológica que dota al grupo de un contexto para compartir problemas o preocupaciones y aprender de los demás. Ayuda a la persona a conocerse a sí misma y a mejorar sus relaciones interpersonales.

Además, el grupo psicoterapéutico dota a sus miembros de estrategias adecuadas de afrontamiento y de recursos cognitivos y emocionales adaptativos para el cambio y aumenta la autonomía y el crecimiento personal a nivel individual, evitando la cronificación y la disminución de sintomatología en las áreas afectadas por el trastorno.

Puede ser útil en personas con dificultades de relacionarse con otros, depresión y ansiedad, pérdidas, trastornos de personalidad, personas con problemas compartidos, enfermedades crónicas o de gravedad.
La orientación es un proceso dirigido a personas sanas, con problemas en un área concreta, donde el psicólogo ayuda a establecer objetivos y estrategias para conseguirlos, dotando al individuo de los recursos psicológicos necesarios para ello.

Es útil en varias etapas de nuestra vida (infancia, adolescencia, adultez), ya que las decisiones que vamos a adoptando a lo largo de ella van a determinar nuestra calidad de vida. Se utiliza para aprovechar las potencialidades al máximo y dirigir la carrera hacia la dirección en la que mejor podamos ponerlas en juego, así como corregir los posibles puntos débiles, enfocando nuestra vida académica o profesional hacia metas realistas pero ambiciosas.
Se pretende dotar de herramientas de trabajo tanto a profesionales, como a las personas que sin serlo, desean aprender habilidades de crecimiento personal para mejorar su bienestar.

La formación se realiza a través de conferencias y talleres, con diseño individualizado teniendo en cuenta las habilidades o destrezas a adquirir.