Artículo de psicología | PSICOLOGÍA ARIAS

CÓMO ENFRENTARSE A UNA SEPARACIÓN

DIFICULTADES

- Yo quiero hacerlo bien pero la madre pone al niño en mi contra.
- A mí me gustaría hablar con el padre por el bien del niño pero es imposible. Con él no se puede hablar.
- Su familia me ha declarado la guerra y le hace la vida imposible a los niños para hacerme daño.
- Ella no se preocupa de los niños; sólo lo hace de salir con sus amigas y dejar a los niños con los abuelos.
- Yo lo haría mucho mejor.
- ¡El me odia!

Todas estas frases y otras del mismo estilo las oímos a menudo en nuestras consultas. Tras una separación cada uno defiende su postura, lo buen padre/madre que es y lo mal que lo hace el otro. Acuden a nosotros para que ayudemos a sus hijos a no pasarlo mal.
Hemos oído muchas veces eso de "hablando se entiende la gente". Cuando en esas partes existe dolor y reproches no es fácil el mantener una conversación constructiva en la que fijar objetivos de una vida constructiva para todos los implicados (padre, madre e hijos).

CONSECUENCIAS PARA LOS HIJOS

Las consecuencias para los hijos de esta falta de previsión por parte de los padres son muy variadas:
- Depresión
- Ansiedad
- Miedos y fobias
- Obsesiones
- Explosiones de ira
- Baja tolerancia a la frustración
- Bajo rendimiento en los estudios
- Problemas en sus relaciones sociales
- Baja autoestima
- Sentimientos de bajo o nulo control del medio que les rodea

Estas y otras consecuencias tienen efectos que les marcarán toda su vida.

CONSECUENCIAS PARA LOS PADRES

- Preocupaciones excesivas
- Ansiedad
- Depresión
- Conductas poco saludables como fumar o beber en exceso
- Aumento de ira contenida o explosiva
- Ideas irracionales sobre el futuro
- Pérdida de autoestima
- Falta de planificación de objetivos o entorpecimiento en la toma de decisiones
- Formación de nuevas parejas con una base inadecuada, ya que la inestabilidad emocional afecta al establecimiento de relaciones saludables
- Consecuencias colaterales en diversos ámbitos de la vida: laboral, relaciones, aficiones...

SOLUCIONES

Así lo único que se consigue es que la situación sea traumática para los hijos, tengan la edad que tengan, y traigan a los hijos para que aprendan estrategias para hacer frente a la situación y no les queden ?secuelas?. Y yo me pregunto: ¿no sería mejor que fueran los padres los que acudieran juntos para aprender ellos estrategias para manejar la situación? Sé que cada caso es diferente, que cada persona arrastra su propio bagaje de malestares y frustraciones pero, como padres, tenemos la RESPONSABILIDAD de ponérselo más fácil a los pequeños, que no tienen responsabilidad en el asunto.

Claro que podemos intervenir en los pequeños para que aprendan a mantenerse al margen de los problemas de los mayores, a tolerar las frustraciones, a expresar lo que sienten, pero es muy difícil si la situación hostil se prolonga en el tiempo.

Queremos a esos niños, somos sus padres y, por ellos, queremos hacer las cosas bien, que estén felices con su padre y con su madre, vivan éstos juntos o separados.

Desde Psicología Arias os pedimos por favor que, dentro de vuestros dramas personales, seáis capaces de encender esa bombilla cerebral que os empuje a buscar ayuda profesional, ya que los entornos familiares se van a poner en vuestra contra o a vuestro favor, eso sí, con la mejor de las intenciones, sin estudiar el bien del niño, sino de la parte correspondiente.

Ayudemos a nuestros hijos a aprender cómo se solucionan los problemas de una forma adaptativa. Si uno tiene un problema y no lo puede o no sabe solucionarlo con los recursos de que dispone, acude en busca de ayuda a alguien que pueda ayudarle y, si esa fuente no le ayuda, acude a otra. Eso para todos los problemas de la vida ¡Con cuánta mayor razón si de ello depende el bienestar y felicidad de nuestros hijos!