Artículo de psicología | PSICOLOGÍA ARIAS

CÓMO ENFRENTARSE AL ENCIERRO POR EL CORONAVIRUS

En estas circunstancias que nunca podíamos imaginar que ocurrirían, debemos aprovechar para cambiar y mejorar el enfoque, en un trabajo de introspección individual.
Ya sabemos que existen personas "negativas", que se quejan a menudo de cualquier cosa, juzgan todo y a todos, y justifican en que ver la vida así es "lo racional". Otras, en cambio, intentan ver el lado bueno, el vaso medio lleno, viven más felices y reparten "mejores vibraciones"; no significa que sean menos racionales, sino que tienen la capacidad de ver el lado bueno y aceptar lo inevitable o lo que no podemos cambiar, o tal vez hacer críticas constructivas desde la voluntad de aportar.
Ambas clases de personas estamos hoy en día viviendo en un galeón español, en medio de una tempestad de categoría 5 y nuestro objetivo es llegar a puerto convertidos en mejores seres humanos.
En esta embarcación necesitamos cooperar, ayudarnos unos a los otros, valorar los esfuerzos de los demás, ya sean políticos, médicos, dependientes, policías, limpiadores, transportistas... porque ante una tempestad semejante el permanecer en calma evita que cometamos errores fatales.
Y tras esta reflexión personal, desde uno de los camarotes estanco, paso a hacer mi pequeña aportación, y que cada uno obre como considere, ya que nadie tiene la razón absoluta.

DEBEMOS LIMITAR

- La ansiedad, miedo, agobio, frustración, tristeza... Y todas esos sentimientos que nos bloquean.
- Estar conectado a la información continua, recrearnos una y otra vez en el tema temido, buscando en TV, Internet o Redes Sociales. Sabemos lo que tenemos que hacer.
- Discutir, criticar, quejarse... ¿qué vamos a conseguir con eso? Te puede gustar o no, pero la clave ahora es la ACEPTACIÓN. No digo que no podamos hacer cosas, de hecho yo estoy intentando hacer algo con esto, pero la situación nos guste o no, es la que es. Los que gobiernan el barco van a cometer errores, seguro, pero ¿tú no los cometerías en un suceso de esta magnitud que empezará a formar parte de nuestra historia? No es hora de críticas destructivas, sino de acción. Por mi parte, voy a apoyar a todas las personas que están al pie del cañón, me da igual el sexo, el partido político, su religión o profesión.

DEBEMOS HACER

- Hacer una lista de actividades que siempre nos han gustado o temas de interés. Algunas no podremos realizarlas actualmente, pero tal vez la reincorporación a una vida normal nos lo permita. ¿Te gusta leer, el cine, la música, la ciencia, la historia...? ¿Qué lugares te gustaría visitar? Quizá siempre quisiste repasar un idioma medio abandonado o aprender uno nuevo,
¿algo para reparar en casa? ?. Cuando trabajamos o tenemos ese ritmo tan activo, apenas nos paramos a pensar en cosas que nos harían sentir bien, que nos apetece hacer. Ahora es el momento.
- Una vez tengamos esa lista, una buena idea puede ser confeccionar un horario. Estamos acostumbrados a una rutina y nuestro cerebro nos la pide; un par de días para deambular no importa, pero no sabemos cuánto va a durar esto. Y acordaos, estamos cada uno encerrado en un camarote dejando trabajar sin molestar a los que saben gobernar el barco.
- Replantearnos si la vida que llevábamos era la que queríamos, si quizá no habíamos abandonado relaciones importantes con los demás o uno mismo por un ritmo frenético de actividad, si el trabajo que tenemos podemos mejorarlo o cambiarlo, si podemos. No merece la pena ser infeliz, nos debemos a nosotros mismos buscar actividades, personas y pensamientos que nos lleven al equilibrio.
- El sentido del humor, por favor, que no decaiga! Es la sal y el azúcar de la vida.
- ¿Qué tal un diario de a bordo? Escribir ya sabemos que es terapéutico. Pero ya sabéis, sin recrearnos en lo negativo?
- Meditación, con el fin de alcanzar un equilibrio interior que muchas veces tenemos abandonado. La actividad física es necesaria, podemos hacer tablas de ejercicios, o simplemente bailar, pero también hay meditaciones o relajaciones muy buenas en la red y ahora son MÁS necesarias si cabe.
- Prepararnos mentalmente para la pérdida de seres queridos. Los epidemiólogos nos lo dicen, va a morir gente, apenas vamos a poder despedirnos y asistir a sus entierros. Lo siento, pero no podemos cerrar los ojos. Disfruta de tus seres queridos, los tengas al lado o no. Céntrate en el ahora.
- Amar, amar y amar.

Que aprendamos después del Covid-19 a ser más humanos con nuestros semejantes y a no dejar que nadie se crea superior al resto, porque el final es el mismo para todos.

Luz Arias (Psicología Arias)